Los bajos Safran están construidos totalmente a mano por el luthier Umut Dogan en su taller en Geraardsbergen, Bélgica. Umut se formó como bajista en su adolescenca, perfeccionando sus conocimientos en Melbourne (Australia) y posteriormente en el Conservatorio de Groningen, Holanda. Más tarde se interesó por el noble arte de la luthiería y realizó sus estudios en una escuela en Bélgica, aprendiendo el oficio a la antigua usanza hasta que en 2008 se lanzó a construir su propia línea de instrumentos a partir de esos conocimientos y de investigaciones propias sobre técnicas modernas de construcción.
Desde sus inicios el enfoque de este luthier ha sido crear instrumentos totalmente pasivos y orgánicos, prestando especial atención a la selección de maderas y los barnices.
Es por ello que el mismo Umut fabrica sus propios puentes que, además de bonitos, resultan ser tremendamente eficaces a la hora de transmitir la vibración de las cuerdas al cuerpo, asegurando una integridad de sonido total. La precisión de sus puentes es tal que no es necesario un tornillo para regular la octavación ni tampoco hay un tornillo que bloquee cada silleta. Está todo tan bien hecho y con tanta precisión que sólo hay que quitar la cuerda y mover la pieza hasta la posición deseada y esta se queda ahí sin problema (y no se mueve posteriormente con la vibración de la cuerda). Impresionante.
Lo mismo ocurre con las pastillas, que el mismo Umut bobina a mano para conseguir exactamente lo que quiere. Para él sería más fácil instalar cualquiera de las pastillas comerciales que existen hoy en día en el mercado, pero ninguna de ellas le convence ni ofrece el rendimiento y sonodo que él exige para sus instrumentos. Aparte de tener un aspecto novedoso con una parte transparente que permite ver la disposición de las bobinas, Umut utiliza Alnico V, Allnico II o Neodimio en función del sonido que quiera lograr en cada bajo en particular. Todas sus pastillas son canceladoras de ruido pero a diferencia de otras similares en el mercado, las suyas capturan todo el contenido armónico de las cuerdas sin pérdida de frecuencias. El resultado son pastillas que capturan la vibración de las cuerdas con una naturalidad y transparencia únicas.
Esa misma pureza y limpieza de las pastillas hace que los bajos Safran no utilicen nunca electrónica activa, ya que cualquier circuito acaba actuando de un modo u otro como un filtro que modifica la señal y eso no tendría sentdo tras haber desarrollado estas pastillas. Los controles que ofrecen estos bajos son Volumen, Tono y Selector de pastillas. Incluso cabe la posibilidad de encargar el bajo sin controles en absoluto, mandando la señal de la pastilla directamente al jack.
Lógicamente la selección de maderas es excelente. Umut se centra en maderas muy muy estables que permiten ser trabajadas sin problema y que ofrecen seguridad y estabiidad a largo plazo. Todos los bajos Safran están construidos a partir de maderas que se han secado de forma natural por un periodo más que suficiente y todas ellas proceden de especies sostenibles.
Mención especial merecen los barnices ya que estos son unos de los pocos bajos eléctricos que usan barnices franceses aplicados a mano y shellac acabado en mate. El cedro español es una de sus maderas favoritas para los cuerpos de estos instrumentos de modo que el olor del bajo es idéntico al de una buena guitarra clásica lo cual contribuye a la sensación de "instrumento orgánico". Safran construye dos tipos de bajo fundamentalmente: Single Cutaway y Doble Cutaway.
Este es el modelo Single Cutaway en versión Fretless 4.
Para el diseño Single Cut, el luthier opta siempre por construcción de mástil atornillado, lo cual le permite cambiar el mástil en caso de que este se rompa en un accidente, así como poder cambiarlo por uno con trastes en el futuro. El modo en el que el mástil se conecta al cuerpo es realmente preciso. El acceso al alma está en la base del cuerpo (se usa para ello una llave de 4mm), lo cual permite usar mástiles más finos, dando como resultado una gran comodidad.
En cuanto al sonido, lo cierto es que la pastilla del puente por si sola es capaz de entregar lo que la mayoría de bajistas quieren el 90% del tiempo cuando piensan en un fretless: tienes esa característica casi vocal que hace que el bajo literalmente "cante" y responda al vibrato de forma admirable. Los armónicos saltan sin problema en todas las posiciones. La pastilla del mástil es otra historia, ya que se acerca mucho más a un sonido pseudo contrabajo bastante convincente y además muy bonito. La mezcla de las dos pastillas produce un sonido más redonodo y "todoterreno" que podrías usar en cantidad de estilos y temas, incluso aquellos para los que quizás a priori no estuvieras pensando en un bajo sin trastes.